miércoles, 27 de febrero de 2008

Parcelas en el cielo

Es extraño, pero creo que está bueno. Por otra parte, creo que a esta altura me es inevitable dejar de hacer (y hacerme) preguntas. Siempre fui de cuestionar todo (se me habrá acentuado con la adolescencia, como a más de un cristiano) y siempre quise saber un poco más.

Será por esta especie de hambre de tintes voraces, que hoy (o ayer, mejor dicho) me pregunté una vez más, porque es que estamos como estamos, o más específicamente: porque vivimos como vivimos en la Argentina.

Por suerte (y para compartir el análisis del caso) lo tenía a mi viejo al lado, lo que ayudó a comprender (dada su mayor experiencia en esto de convivir con ella hace más años) algunas cosas más y a cerrar algunas conclusiones que aquí buscaré compartir con ustedes.

La primera conclusión, (y creo que es la que engloba muchas de las cuestiones que fueron surgiendo a modo de salpicré durante la charla) es que creo que somos una nación, todavía bastante joven: llevamos menos de doscientos años de vida como tal y creo que aún debemos aprender muchísimas cosas, que estoy seguro servirían para llevarla mejor día a día.

La segunda conclusión es quizá más puntual y tiene directamente que ver, con las propias heridas que la bien ponderada Argentina, aún no logra cicatrizar.
Los focos de dolor, sobre todo durante el siglo pasado se multiplicaron y el tiempo aún no hizo su parte, en lo que a sanarlos respecta.
Hemos sufrido a lo largo del siglo veinte, una enorme cantidad de sucesos que marcaron enormemente la estructura social del país.
Para mencionar algunos de ellos, podríamos empezar por la enorme cantidad de dictaduras militares que se han hecho carne durante ese lapso de tiempo (la última con la guerra de Malvinas, como para acentuar la sensación de dolor) con las consecuencias de incertidumbre que eso conlleva, tanto a nivel económico como social.
El terror ha sido un arma utilizada por la clase alta Argentina durante buena parte del siglo que se fue, como consecuencia de la propia noción de su ineficacia para sumar votos por parte de las demás clases.
Elegir el camino más corto, no solo que engordó sus cuentas bancarias, sino que al país le dejó una enorme huella, tanto en la identidad, como en el bolsillo.
Por otra parte, el souvenir de la convicción de que política y políticos, son conceptos análogos, mezclado con la cola del miedo de los supervivientes de la última dictadura militar Argentina, terminaron por cercenar varios focos, que hubieran hecho esperar un cambio quizá más inmediato en la clase dirigente del país.

Todos estos golpes, restaron, retrasaron, deformaron, mutilaron y hasta boicotearon el proceso que una nación precisa, para generar su propia identidad.
Es por eso, que casi como padeciendo una ezquizofrenia crónica, el argentino se moviliza por las causas que conciernen a su país en algunos aspectos y en otros reacciona casi de manera antagónica, dándole la espalda, mientras lleva agua para su propio molino.

Supongo que el hecho de hermanarnos durante sucesos en su mayoría deportivos, tendrá que ver con que este aspecto, históricamente nos ha traicionado bastante menos que quienes nos gobiernan y gobernaron...Ahora, tampoco es casual que se nos pase, en cuanto los resultados no acompañan.
Es que el argentino busca aire. Por todos lados y a toda hora. A cada momento, busca, dejar de remar sobre dulce de leche (algo que de tan a menudo que hacemos, debería ser propuesto como deporte nacional. Después de todo, lo inventamos nosotros) para tomar aire.

Los problemas educacionales, nos han llevado a consumir cosas insólitas, como poner la atención en la vida de 14 ratas de laboratorio, que copulan entre ellas, buscan salvar el pellejo a toda costa, mostrándo que tan feo y miserable puede ser el humano, y después nos venden sus revistas, en las que salen con poca ropa, hablándonos de la moral y de lo bien que educan a sus hijos.
Sin embargo, eso, o mirar como pelean los gatos de Gerardo por una porcioncita de miga más grande, en la pista de patinaje de otro mercader de la ignorancia, como es Marcelo, es porque poner la atención y los ojos en el lago de dulce de leche, cansa, agota.

Quienes no están preparados para enfrentarlo (la cifra seguirá acrecentándose, en tanto y en cuanto no se impulse un cambio educacional profundo) , le escapan, y se achatan con los años.
A peor escala, la droga empieza a hacer estragos por acá, acentuada después del último estallido de hace 7 años.

Por último y para ir cerrando. La última conclusión a la que llegué, es que estamos lejos de haber comprendido el significado de la solidaridad.
Siguiendo la lógica de un pueblo que vive mal alimentado, mal pago, mal educado, con miedo y con incertidumbre hace casi doscientos años, es normal que cada uno busque sobrevivir día a día, y que primero mire a los suyos para hacerlo.

Hay quienes "compran parcelas en el cielo" y creen que darle plata a los pobres, es ser solidario. Yo creo que es solo una veta de serlo, pero que para alcanzar el verdadero significado (a mí modo de ver, una puerta enorme hacia un mejor futuro) podríamos empezar por un montón de otras cosas.

Hacerlas bien desde nuestro lugar, es un buen comienzo.

Me despido ahora sí, buenas noches...

7 comentarios:

Ramón Indart dijo...

nunca dejaremos de hacer preguntas

Araña Patagonica dijo...

Ahora me voy a poner seria.
Opinar sobre todo esto que acabás de publicar, sería imposible por este medio.

Solo eso.

Alexander Supertramp dijo...

tallyerand: ojalá nos multipliquemos entonces...

Araña: venga el mail entonces...

Martin dijo...

Que se yo, si te fijas por historia, Nueva Zelanda y Australia tienen menos tiempo como paises y estan mejor, otros que tienen mas años tambien estan mejor.
Alemania pro ejemplo o cualquier paies europeo sufrio miles de veces peores guerras y matanzas, y los invadieron y destruyeron muy feo y siguen siendo potencias.
Mexico, España, tienen problemas de migracion y de discusiones ideologicas fuertes y son paises que van mejorando.
Igual estamos dentro de los paises con cultura propia asi q las comparaciones no son todo.

Lo otro, y bué, si acostumrbas a la gente a darle a cambio de nada, cria cuervos y....

Como dijo un premio novel de economia, de apellido Stirling me acuerdo, "hay 4 tipos de paises, los desarrollados los subdesarrollados, Japón y Argentina"

Alexander Supertramp dijo...

lucifer sam: yo no solo que creo que las comparaciones no son todo, sino que en este caso, son imposibles de hacer.

Cada país tiene su origen y es como si fuera una persona. Son todos distintos.
Este país nació dentro y dio sus primeros pasos, viendo a los peores contrabandistas y ladrones de Inglaterra y España. Sus primeras riquezas fue gracias a los chanchullos que se gestaban en el puerto de Buenos Aires.
Desde mi punto de vista, eso es una marca que influye sobre la formación de una nación.
Para mí la idisincrasia del argentino medio, tiene mucho que ver, con obtener el mayor rédito posible, siempre con el menor gasto que se pueda...

Y si, somos muy particulares, muy...

PD: Una crítica constructiva: Nobel, se escribe así, con mayúscula (es un apellido) y "b" larga...

Saludos!!

Alexander Supertramp dijo...

"..Sus primeras riquezas fue..."
Quice decir, "Sus primeras riquezas fueron".

Disculpen también cuando puse "idisincrasia" cuando iba "idiosincracia".

Ahora sí...

Adiós!

Araña Patagonica dijo...

Si bien este gran país tiene una base muy antigua de chanchullos, coimas y cosas oscuras, en la medida en que nuestros gobernantes (mal que nos pese los elegimos entre todos) NO nos demuestren honestidad económica, honestidad moral y transparencia en sus actos, POR SOBRE TODAS LAS COSAS, dudo que la mentalidad del argentino cambie. Ellos deberían ser el ejemplo y no lo son.
Es más, creo que cada vez se va a poner peor porque los valores se van perdiendo más y más y aunque se reniegue.. uno se va acostumbrando a lo malo.
Esto se está haciendo, desgraciadamente, una bola de nieve.